IMPORTANCIA DE LA EDUCACION PARA LA SALUD EN LA COMUNIDAD.
IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN LA COMUNIDAD.
Cualquier proceso educativo está inmerso en un entorno social. Esto significa que la Sociedad, en general, y la Comunidad, en particular, son agentes educativos de gran importancia para la Educación y muy especialmente para la Educación para la Salud. Por ello, nuestro punto de partida es considerar que la salud, y por lo tanto la Educación para la Salud, se desarrolla en un entorno concreto, en una Comunidad.
Cualquier propuesta de desarrollo de una Comunidad en el ámbito de la salud implica un proceso de trabajo común y participativo que se percibe hoy más necesario que nunca, si queremos favorecer la prevención, la promoción y el mantenimiento de la salud, tanto individual como colectiva, como indica la OMS.
Sobre el Desarrollo Comunitario, no hay un concepción uniforme, sino que dependerá del marco ideológico, características socioeconómicas, Objetivos, contexto público, organismos promotores, etc.
Uno de los teóricos destacados del ámbito latinoamericano que avanza una primera definición del Desarrollo Comunitario es Ander-Égg (1987-10), este autor la inscribe dentro de un concepto más amplio como es el de “Desarrollo” y lo considera como método y técnica que contribuye positiva, real y efectivamente en un proceso de Desarrollo integral y armónico, orientado fundamentalmente a ciertos aspectos extra-económicos, en particular psico-sociales, que intervienen en la promoción de actitudes, aspiraciones y deseos para el desarrollo.
La salud es un bien sumamente apreciado por todas las sociedades y culturas, ya que es el medio mas adecuado para alcanzar el bienestar físico psíquico y social, como define la Organización mundial de la Salud en su Carta Magna (1946), no obstante, este concepto no presenta un sentido estático. Actualmente asistimos a una nueva cultura de la salud donde la realidad social humana es inseparable de la realidad biológica-ecológica, por lo que este concepto adquiere un sentido holístico, contemplando al hombre como una unidad integral. Por otra parte, la promoción y educación para la salud tienen como finalidad la mejora cualitativa de la vida humana por lo que la formación en este ámbito debe manifestar un sentido de ayuda positiva y potenciación de la persona para la gestión de su propia salud, y al mismo tiempo, promover los cambios ambientales adecuados y el desarrollo de comportamientos que lleven hacia formas de vida saludables.
Cada día, consecuencia del cambio, el hombre se encuentra ante nuevos retos y desafíos. Los cambios epidemiológicos o transición epidemiológica, como llaman los expertos, ha reemplazado en los países desarrollados a una serie de enfermedades infecciosas clásicas (cólera, paludismo, diarreas infantiles, etc.) por otras patologías como son las enfermedades crónicas (cardiovasculares, cáncer, etc.) y las llamadas “enfermedades del progreso” sida, alcoholemia, drogodependencia, estrés. “El 30% del tabaquismo y más del 10 por ciento del alcoholismo causan muerte por cáncer. La principal causa de muerte en menores de 35 años son los accidentes de tráfico por exceso de alcohol” (Wetton, 1990); en cuanto a la explosión de la pandemia del SIDA conviene señalar las prospecciones que hace Conde: “en concreto, entre los adolescentes, por nuevas prácticas de riesgo que ya no les margina socialmente, el sida va a crecer sobre todo en las generaciones jóvenes de 15 A 29 años, quienes lo adquirirán por vía sexual en función de los cambios que se están operando en los estilos de vida juveniles y en el consumo de drogas (Conde, 1997).
Es a partir de todos estos importantes cambios conceptuales que se empieza a hacer hincapié en la importancia de la educación y la promoción de la salud como una práctica más del médico, la que comienza a desarrollar un rol cada vez más amplio e importante desde su origen hasta nuestros días.
Según la OMS, la promoción de la Salud es el proceso mediante el cual los individuos y las comunidades se sitúan en condiciones de ejercer un mejor control sobre los determinantes de la salud. La educación para la salud (EPS) no sería más que un instrumento insustituible para avanzar en la consecución de esos fines.

PROMOCIÓN A LA SALUD.
La promoción de la salud permite que las personas tengan un mayor control de su propia salud. Abarca una amplia gama de intervenciones sociales y ambientales destinadas a beneficiar y proteger la salud y la calidad de vida individuales mediante la prevención y solución de las causas primordiales de los problemas de salud, y no centrándose únicamente en el tratamiento y la curación.
La promoción de la salud tiene tres componentes esenciales:
1. Buena gobernanza sanitaria.
La promoción de la salud requiere que los formuladores de políticas de todos los departamentos gubernamentales hagan de la salud un aspecto central de su política. Esto significa que deben tener en cuenta las repercusiones sanitarias en todas sus decisiones, y dar prioridad a las políticas que eviten que la gente enferme o se lesione.
Estas políticas deben ser respaldadas por regulaciones que combinen los incentivos del sector privado con los objetivos de la salud pública, por ejemplo armonizando las políticas fiscales que gravan los productos nocivos o insalubres, como el alcohol, el tabaco y los alimentos ricos en sal, azúcares o grasas, con medidas para estimular el comercio en otras áreas. Asimismo, hay que promulgar leyes que respalden la urbanización saludable mediante la facilitación de los desplazamientos a pie, la reducción de la contaminación del aire y del agua o el cumplimiento de la obligatoriedad del uso del casco y del cinturón de seguridad.
2. Educación sanitaria.
Las personas han de adquirir conocimientos, aptitudes e información que les permitan elegir opciones saludables, por ejemplo con respecto a su alimentación y a los servicios de salud que necesitan. Tienen que tener la oportunidad de elegir estas opciones y gozar de un entorno en el que puedan demandar nuevas medidas normativas que sigan mejorando su salud.
3. Ciudades saludables.
Las ciudades tienen un papel principal en la promoción de la buena salud. El liderazgo y el compromiso en el ámbito municipal son esenciales para una planificación urbana saludable y para poner en práctica medidas preventivas en las comunidades y en los centros de atención primaria. Las ciudades saludables contribuyen a crear países saludables y, en última instancia, un mundo más saludable.
La Organización Mundial de la Salud ha elaborado principios generales sobre promoción de la salud:
La Organización Mundial de la Salud ha elaborado principios generales sobre promoción de la salud:
Asegurar que el ambiente que está más allá del control de los individuos sea favorable a la salud.
Combinar métodos o planteamientos diversos pero complementarios, incluyendo comunicación, educación, legislación, medidas fiscales, cambio organizativo y desarrollo comunitario.
Aspirar a la participación efectiva de la población, favoreciendo la autoayuda y animando a las personas a encontrar su manera de promocionar la salud de sus comunidades.
Aunque la promoción de la salud es básicamente una actividad del ámbito de la salud y del ámbito social, y no un servicio médico, los profesionales sanitarios, especialmente los de atención primaria, desempeñan un papel importante en apoyar y facilitar la promoción de la salud.

Comentarios
Publicar un comentario